Mi primer encuentro con el reiki fue un regalo. Soy una persona bastante escéptica con las terapias poco convencionales y no acudí muy convencida. Pero estaba en época de exámenes, en las que siempre tengo mucho estrés y bloqueo, por lo que me cuesta mucho estudiar, así que acepté la sesión.

Durante la sesión sentí mucha relajación, sensación de apertura, consciencia…..pero claro en medio de exámenes tumbada tranquilamente con música, aromas…Cómo no iba a sentirme bien?

Pero para mi sorpresa esa sensación se mantuvo en el tiempo. Enfrenté la época de exámenes  sintiéndome más sosegada y segura, y debido a ello obtuve mejores resultados.

Después de ese primer encuentro he acudido al reiki para aliviar dolores musculares, problemas digestivos, desordenes del sueño… y todavía me sigue sorprendiendo su efectividad.

Cada vez recurro más a él. Por ello sigo recibiendo sesiones y tengo ganas de hacer los cursos para empezar a cuidar de mi misma.